Noticias! Sin no cambia a Dios, sino que te cambia. Tú no tienes el poder de cambiar a Dios! El pecado es como vagar en una cueva que parecía invitar pero que resulta oscura y fría y vacía. El sol sigue brillar, luminoso y cálido, pero no puedes sentirlo. La confesión es salir de la cueva y discubrir de que Dios todavía está allí, todavía amandote, todavía deseando para curar todas tus heridas. Dios nunca cambia. Confía en Él!